Las frases hechas que vinculan a las mujeres y el agua se vienen rápidamente a la cabeza. Venimos de un medio líquido y por si no fueran suficiente 9 meses de preparación para la vida en un acuático medio uterino, como a la tierra, a las mujeres nos marca el agua.
Desde cada construcción de la mujer y de lo femenino, el agua está tan cerca de las mujeres y de sus ciclos de vida/muerte, como la luna a las mareas. Como Juan Pérez, sociólogo kuna, nos recuerda, las mujeres danzamos junto al espíritu del agua:En los cantos sagrados indígenas se honra la vida, se exclama ante lo inimaginable, se sondea la profundidad de la fe y se ama incondicional. Los sabios indígenas dicen, que cuando logremos cantar y exclamar, sentir la energía y espíritu del agua, que penetra y atraviesa nuestro cuerpo, volveremos a sentir nuestro origen telúrico, continuidad, permanencia y entenderemos el valor, sentido, y la necesidad de mantener agua limpia para un mundo sano.
En estos tiempos, escuchar el llamado de las culturas indígenas a reconocer, honrar y respetar el agua como elemento sagrado que sostiene toda la vida es una tarea urgente.
Por eso es tan compleja la falta de agua y la contaminación de sus fuentes. No es sólo un recurso sino que es yo, es nosotros, es el pluri-universo. Pero, el desentendimiento avanza. El mismo que obliga a las mujeres y niñas indígenas a recorrer largas horas para encontrar agua limpia para preparar la comida y beber. El mismo que hace que el agua esté cercada y privatizada. El mismo que contamina el agua y que termina con peces y especies que constituyen el sustento y el espíritu indígena. El agua, el centro de la vida y la conservación de la humanidad entera.
Esta condición es la suma de los contrastes, como distintas voces indígenas explican en el libro de UNESCO, el agua y los pueblos indígenas, y Leonidas Iza, líder kichwa
de la provincia de Cotopaxi, ex-diputado por la provincia al Congreso Nacional, y ex-presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, quien contrasta: las nociones dinámicas, humanistas y espirituales del agua que poseen los pueblos andinos de América del Sur, con la postura estrechamente económica expuesta en la Visión Mundial del Agua.
El agua construye culturas y su particular forma de espiritualidad y cosmovisión. Como las comunidades mayagnas de los territorios indígenas de la Reserva de la Biosfera Bosawas de Nicaragua y Honduras, y sus conocimientos sobre los peces y las tortugas que constituye una forma de convivencia con el mundo acuático que es parte integral de la cultura.
El derecho al agua limpia es un derecho fundamental de la humanidad. Y también los derechos de los pueblos indígenas a la tierra y al agua, en su dimensión compleja de recurso, fuente de vida y parte integral de su cosmovisión. Como lo afirma David H. Getches Así como los derechos de los pueblos indígenas a la tierra y a los recursos naturales, las posibles demandas indígenas de derecho al agua se pueden derivar de garantías internacionales a los derechos humanos y compromisos a la protección del medioambiente. El hecho que no se hace mención específica del agua se debe en parte a que solo recientemente la ley internacional empieza a comprender la naturaleza única de las demandas por los pueblos indígenas a los recursos naturales. Además, los grupos o individuos indígenas recién empiezan a afirmar demandas a tierras y recursos naturales (con la excepción de las leyes domésticas de unos pocos países.) Es probable que se verán mas demandas en cuanto los derechos humanos internacionales incluyen los derechos indígenas al agua y otros recursos naturales.
Mujeres del Agua Cuando hay sequía en el Chaco paraguayo, las mujeres son las encargadas de andar largas distancias en busca de agua. "Caminamos kilómetros, y muchas veces tenemos que sacar el agua de propiedades ajenas".. refiriéndose a los predios agropecuarios de colonos menonitas.
Contaminación de nuestro tekoha causado por el cultivo masivo de la soja transgénica y el uso de agrotóxicos que envenenan nuestro vvy, ÿ, yvytu, temitÿ (tierra, agua, ykua, aire cultivos) y la desaparición de los bosques por la deforestación poniendo en peligro nuestras bases de sobrevivencia, nuestra soberanía y seguridad alimentaria y con ellos nuestras vidas y la de nuestros hijos Y reclaman su rol en la conservación del agua, como las mujeres kichwas:
Somos las mujeres indígenas las directamente afectadas por la contaminación de nuestra agua, tierra y aire, ya que somos las encargadas de preservar la biodiversidad.
Tal como las mujeres indígenas del Chaco, ellas sobresalen como activas defensoras del agua. Como Sonia (presidenta de la Asociación de Cultores de la Medicina Ancestral Lickanantay) y Amelia (presidenta de la Agrupación Sumac-Llajta, de Calama) en el norte de Chile y su caminata de 1574 kilómetros por la defensa de los géiseres del Tatio y el inminente ecocidio tras la explotación geotérmica, que llamaron la marcha de las abuelas en alusión a Tata Iu, nombre en lengua likanantay del Tatio que significa el abuelo que llora.
Como lo muestra el video, en Defensa del Agua y de la Vida que impulsa el referendo del agua en Colombia, los pueblos indígenas maestros y guardianes de los recursos de la tierra madre, necesitan el agua para vivir, pero un agua limpia, de libre acceso, agua que conserve y nutra al hombre, a la mujer, a los animales y plantas y a todos los habitantes del planeta.
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