domingo, 3 de agosto de 2008

Violencia, adolescentes y migración en Ecuador y España


¿Sólo una pelea de adolescentes?

A pesar de la construcción de discursos que pretenden matizar los hechos, la violencia está incorporada al ambiente cotidiano, en Ecuador y en España, infiltrándose en los hogares, en las escuelas, en los espacios públicos y en los centros de trabajo; a pesar de los esfuerzos realizados, las leyes e instituciones no han podido detener su crecimiento.


1. Las chicas pelean en Ecuador


Una adolescente colombiana que vivía en su país con sus abuelos, se traslada a vivir en Quito, Ecuador, donde desde hace unos años reside su madre. Se matricula en octavo año de educación básica en un colegio mixto, desde el primer día su presencia genera reacciones diversas: los muchachos la miran con interés, por su forma de comportarse, por su manera de hablar ... en fin ... ser diferente a las otras chicas le otorgan un atractivo especial que le dan preferencias; las muchachas la miran como una intrusa", la recién llegada que acapará la atención de los muchachos, la miran con desconfianza y empiezan a calificarla de "coqueta" y "chica fácil", e incluso se presentan cciones de acoso y discriminación.

Entre los maestros y maestras la situación se torna preocupante pues crecen las tensiones y aparecen actos de violencia explícita, los criterios de como afrontar el problema son diversos, incluso una maestra culpabiliza a la agredida por "provocar" a los muchachos.

Mientras entre adultos se da un intenso debate sobre el caracter de la violencia producida y como actuar para controlarla, se produce una agresión física ejecutada por una adolescente ecuatoriana.

Al final la víctima terminó el año escolar en un ambiente hostil, retiró sus documentos del colegio y regresó a su país donde actualmente vive con sus abuelos.

Nunca se hizo público este caso, que es mucho más común de lo que quisieramos reconocer, no tuvo cobertura mediática, no se abrió un expediente oficial, puesto que en las leyes ecuatorianas vigentes no está tipificado el bulling (acoso y violencia estudiantil como ejercicio de poder) como contravensión o delito.

2. Las chicas también pelean en España


Una adolescente ecuatoriana residente en Colmenarejo, España, es agredida físicamente de una forma infame por una adolescente española con antecedentes de conducta violenta, desde un celular otra adolescente graba el ataque. En el vídeo, que fue difundido a través de mensajes de celular y publicado en internet, se ve cómo se la golpea repetida y fuertemente en la cabeza y el resto del cuerpo, hasta que queda tendida en el suelo sin moverse.

Unas compañeras de la agresora y la agredida, se ríen y animan a la agresora gritándole "dale, dale" y "písale la cabeza".

Un familiar de la víctima realizó la denuncia ante la Guardia Civil,
que abrió una investigación para esclarecer los hechos. El Defensor
del Menor de la Comunidad de Madrid condenó la agresión y ha anunciado
que la institución ha abierto un expediente para analizar las causas
del suceso y el entorno en el que viven las supuestas agresoras, ya
que "algo tiene que fallar para que pase algo así ... algo se ha hecho
mal en el entorno familiar de esas agresoras para permitir que unas
niñas con una edad de 14, 15 y 16 años sean capaces de una agresión
tan brutal". Sin embargo concluye "Es muy difícil decir que estamos
ante una agresión racista, ya que a la vista del video no se hace
ninguna referencia a la nacionalidad de la niña".

3. Los medios de comunicación pelean en el rating

Pero igual o quizas más condenable que la agresión en sí misma es el alarde y exaltación de la violencia que se llevó a cabo con su grabación y difusión por Internet, mensajería celular, discos compactos, el cyberbulling en plena acción.

Mas aún los medios de comunicación de España y Ecuador empaquetaron la agresión como un producto de consumo masivo. Lo mejor de las tecnologías de comunicación e información digital transmitiendo lo peor de la sociedad.

Es que algo no está bien en una sociedad cuando la víctima tiene miedo, verguenza, desconfianza e incluso culpabilidad por lo ocurrido y no se atreve a denunciar. En contraste la parte agresora hace alarde de su "hazaña", la graba y la difunde. Algo está mal cuando otras personas alientan, toleran, permiten o simplemente ya no se indignan ante la violencia explícita. Algo está peor cuando los medios de comunicación manejan la información como un negocio y generan clientes a partir del dolor ajeno.

El debate mediático, con imágenes explícitas y muchos adjetivos de rechazo, con poca profundidad sobre el carácter racista o no de la agresión, ha dado paso a la especulación en lugar de la información ya que los detalles de la investigación son secreto de sumario de parte de la Justicia por tratarse de una menor de edad.

4. Los políticos pelean por los votos

La alcaldesa del pueblo sostiene que no existe una motivación xenófoba, pero que la violencia juvenil es un tema "muy serio" y "tienen que darse cuenta de que esto es un delito y dejar de verlo como normal ... son tan culpables la que agrede como las que la jalean". El Ayuntamiento de Colmenarejo ofrece asistencia psicológica a la víctima y su familia y sanción a los culpables.

La Secretaría Nacional del Migrante (Senami), ofrece apoyo psicológico y legal a la menor y a su familia. Hizo un giro de USD 20 000 para contratar un buró de abogados y abrir un proceso judicial de acuerdo con las leyes españolas.?No se descarta que se trate de un caso de xenofobia, aunque no hay evidencias.Pero sí rechazamos este acto de violencia juvenil? dice la SENAMI.

El embajador en Madrid, Nicolás Isaa -que en su hoja de vida incluye haber sido director nacional de la Izquierda Democrática de la que salió expulsado, director nacional del Partido Roldosista Ecuatoriano desde donde impulsó el retorno de Abdalá Bucaram a Ecuador-, no pierde oportunidad para instrumentalizar las necesidades y pesares del colectivo de migrantes para realizar proselitismo político.

5. La inconsecuencia gana la pelea

El Movimiento contra la Intolerancia, que lleva 15 años realizando un seguimiento exhaustivo de las agresiones racistas en España, tiene contabilizadas 4.000 agresiones anuales de lo que denominan "delitos de odio", más de 10 por día. Éstas se componen principalmente de violencia xenófoba, aunque también incluyen los ataques contra mendigos, homosexuales y otro tipo de colectivos minoritarios. Menos de la mitad se concretaron en denuncia por insultos, abusos, discriminación o agresión de tipo xenófobo. De éstas denuncias, la mitad fueron propiamente por agresiones o abusos explícitos. La mayoría de las denuncias se tramitan como faltas y no como delitos, porque la gravedad de las lesiones "es menor", lo que imposibilita aplicar el agravante de racismo, aunque la motivación del ataque si lo sea.

El Código Penal Español tiene ya tipificados los agravantes por racismo, pero lo habitual es que los jueces no lo tengan en cuenta a la hora de evaluar una falta por lesiones.

En Ecuador no tenemos estadísticas acerca de los ataques xenofóbicos o de bulling, tampoco un marco legal adecuado que permita sancionar a los agresores y mucho menos políticas públicas que prevengan, reparen y restituyan los derechos de las personas agredidas.

Más allá que las agresiones "tengan carácter racista o no" los adultos -padres, profesores, comunicadores y autoridades-,en Ecuador y en España, no estamos propiciando un entorno saludable para la convivencia y el respeto hacia las otras personas.

Nada justifica la violencia.

Luis Sánchez
ASOCIACIÓN DE MIGRANTES RUMIÑAHUI HISPANOECUATORIANA.DELEGACIÓN ECUADOR
luis@migrantesecuador.org

www.migrantesecuador.org
www.ruminahui.net
www.migralegal.com

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