por: Ida Garberi*
*periodista de defensoresenlinea.com
“¡Marichiweu!, diez veces venceremos, todos juntos vamos a vencer, hermanos y hermanas, lo haremos todos con fuerza”.
Frase del pueblo mapuche.
El martes, 7 de septiembre de 2010, fue un día muy intenso para los militantes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH): después de asistir al paro cívico general, decidieron hacer una protesta pacífica frente a la embajada de Chile en Tegucigalpa para denunciar la huelga de hambre de 57 días de 34 comuneros del pueblo mapuche que están reclamando para ver reconocidos sus derechos ancestrales y en contra de la total indiferencia del Estado chileno antes de la protesta.
Los mapuches (mapu : tierra y che: gente) es el pueblo originario que actualmente vive al sur de Chile y Argentina. Del lado chileno representan el cuatro por ciento de la población y en Argentina equivale al uno por ciento de la población. En total habría un millón y medio de mapuches entre ambos países.
La contestación tiene su origen en las detenciones consideradas ilegales, (96 casos de tortura según el informe de 2010 del Comité de Ética contra la Tortura), y los huelguistas exigen: el término de la aplicación de la Ley Antiterrorista en causas que les involucran, el fin al procesamiento de algunos de ellos por la justicia militar, un juicio justo y la desmilitarización de las zonas mapuche en que las comunidades reivindican derechos humanos políticos y territoriales.
La mayoría de los huelguistas mapuches están formalizados en una investigación judicial y otros encausados por la Ley Antiterrorista. Un grupo de ellos presentan además un doble juicio, ya que por los mismos hechos tienen un proceso civil y otro en la justicia militar.
La aplicación de la Ley Antiterrorista tiene también implicancias sociales ya que estigmatiza a una población ya vulnerable por sus condiciones de vida, y que se ve sometida a una permanente presencia y vigilancia de efectivos policiales en comunidades, que muchas veces se ha traducido en el uso desproporcionado de la fuerza en contra de sus integrantes.
En frente a la embajada chilena, la coordinadora del COPINH, Bertha Cáceres, leyó un comunicado que cita textualmente:
“El Pueblo Lenca, organizado en el COPINH, miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular, apoyamos plenamente las demandas de nuestros hermanos y hermanas Mapuches, entre las que están:
-No a la aplicación de La Ley Antiterrorista en casos Mapuche
-Fin al doble procesamiento por ley civil y militar.
-Libertad Inmediata de todos los Presos Políticos Mapuche.
-Devolución de los territorios en conflicto.
-Anulación del Juicio de Alex Lorenzo Curipán.
-Inhabilitación del fiscal racista y antimapuche Miguel Ángel Velásquez.
-Libertad a Juana Calfunao, Prisionera Política Mapuche
Exigimos, como seres de este planeta y como pueblos originarios, al Gobierno de Chile el respeto a la vida, a la integridad física y psicológica de las y los presos políticos y de toda la Nación Mapuche y que se dé respuesta favorable e inmediata a sus demandas.
Estamos convencidos y convencidas de la firmeza y de la capacidad de lucha de la Nación Mapuche, y también del poder sin fronteras que tiene la solidaridad, seguiremos en esta batalla hasta no ver derrotado las formas de muerte, de opresión, de exclusión, de esclavitud moderna y de saqueo. Seguiremos caminando hacia la emancipación de este continente construyendo y fortaleciendo la vida, la autonomía, la autodeterminación, la dignidad y la justicia”.
Al final, la coordinadora Bertha Cáceres comentó a Defensoresenlinea.com que “el Embajador de Chile fue muy amable”, salió de la sede diplomática para hablar con las personas presentes y tranquilizar el público sobre el hecho que la policía no iba a detener la protesta pacífica.
“Después de leer la declaración, se realizó un ritual indígena altamente simbólico, pidiendo a nuestros ancestros para lograr el equilibrio del universo: se desarrolla en los cuatro puntos cardinales y termina hacia el sur, para enviar a esta área tan sufrida del mundo, la energía y el pensamiento positivo”, dijo la coordinadora del COPINH.
“No podemos olvidar nuestros hermanos mapuches, atentos desde siempre a nuestro sufrimiento y especialmente ahora, después del golpe cívico-militar del año pasado. No queremos que la palabra solidaridad sea sólo un sonido vacio para llenar nuestras bocas, es importante que nuestras voces indígenas griten juntos, buscando la justicia y la forma concreta para que un mundo mejor sea posible”, concluyó Bertha Cáceres.
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