jueves, 20 de noviembre de 2008

LA NO-VIOLENCIA ACTIVA Y EL EVANGELIO

José Mulligan, S.J.


En América Latina muchas personas que creen que "otro mundo es
posible" quieren explorar de una manera seria y disciplinada las
posibilidades de la lucha no-violenta, es decir, de una lucha que no
imite las tácticas de la clase y las naciones dominantes, pero que sí
sea militante y contundente en su esfuerzo por realizar sus objetivos
de justicia y paz.

Los siguientes apuntes pueden ser un aporte para realizar campañas
populares de esta índole.

1. Para muchos/as, la no-violencia es una manera de vivir y de
relacionarse con los demás y con todo el cosmos, que nos libera de
los hábitos deshumanizantes que una sociedad violenta, individualista
y competitiva "programa" en nuestro corazón y nuestra psique.

A veces este compromiso de vivir no-violentamente exige la no-
cooperación con el sistema violento. Por ejemplo: no pagar impuestos
para financiar una guerra o la fabricación de armas nucleares, o no
someterse al servicio militar obligatorio (piénsese en Franz
Jagerstatter, en Austria, recientemente beatificado por su fidelidad
a su conciencia, que lo llevó a rehusar entrar en el ejército nazi
durante la Segunda Guerra Mundial). Esta respuesta, especialmente si
se hace con otros, organizadamente, puede convertirse en una táctica,
como se explica en el número 2.

2. Además, la no-violencia activa, o militante, es una táctica para
cambiar las actitudes y opiniones del público, y así lograr
transformaciones sociales, políticas, y estructurales.

3. Un ejemplo de esto fue la "Convocatoria Mundial a Acciones No-
violentas de Resistencia Civil para Poner Fin a la Ocupación Militar
de Irak", una invitación de parte de algunos Premios Nobel y otros
luchadores por la paz en varias partes del mundo, dirigida al público
para oponerse decididamente a la ocupación de Irak, mediante acciones
de desobediencia civil. Se sugería que se realizara tales acciones en
muchos países simultáneamente, en las fechas u ocasiones propuestas,
por ej., el aniversario de la invasión a Irak.

La Convocatoria explicaba: "Algunos podrían participar en
manifestaciones legales, mientras que otros harían `sentadas´, `die-
ins´ (simulacros de morirse en), y otras formas de obstaculizar,
aunque sea parcialmente, el `trabajo normal´ de las instalaciones
gubernamentales (incluso bases militares y centros de reclutamiento
militar), y de las empresas que se benefician de la guerra de EEUU,
Inglaterra, y otros países que toman parte en la ocupación militar
injusta y mortal de Irak. Para estos gobiernos, el `trabajo normal´
es violencia, muerte, y explotación. Debe ser bloqueado y terminado".
Para el texto completo, véase:
http://www.tinet.org/~fqi_sp04/global_call_sp.htm

Otra táctica consiste en acompañar a las víctimas de la opresión o
guerra con la intención de reducir la violencia que se les impone.
Los acompañantes frecuentemente son internacionalistas, ciudadanos de
la nación imperial opresora, o miembros del grupo opresor que viven
dentro del país.

4. La no-violencia activa no es negativa, sino positiva. Satyagraha
de Gandhi es la fuerza de la verdad cuyos practicantes "dicen la
verdad al poder".
Pacif-ismo (haciendo la paz) nada tiene que ver con pasiv-ismo: ni
etimológica ni históricamente. Shalóm, paz en hebreo, significa
plenitud. Pablo VI dijo: "Si quieren la paz, luchen por la justicia".

5. ¿A quién se dirige el mensaje expresado en la acción?

En primer lugar, al público. Hay que cambiar la opinión pública para
transformar una política, y para esto hay que maximizar la cobertura
de parte de los medios masivos de comunicación.
Hay que cuidar el lenguaje, y analizar bien si una acción cae bien al
público, para que su mensaje sea recibido y entendido, o si ofende, o
choca demasiado con la gene, y no es entendida.
Hay que mantener la superioridad ética de nuestra causa tanto en la
realidad cuanto en la percepción de la gente.

Este enfoque en cambiar la opinión pública no quiere decir que la
acción no deba pretender también afectar y cambiar al oficial
militar, al policia, la presidenta de la empresa u otra persona que
esté en el lugar de la acción y a quien se le confronta directamente.
Miren cómo cambió Mons. Romero, o Zaqueo en el evangelio de Lucas
(19,1-10), y muchos soldados que decidieron dejar de oprimir y de
agredir. Por eso es mejor llamar al otro "opositor" o "adversario",
en vez de "enemigo".
El policía o soldado es un agente del sistema, frecuentemente del
pueblo pobre; no es el que manda, o el que decide la política.

6. La detención.

Si la acción es técnicamente ilegal (por ej., obstaculizar la entrada
de una base militar u otra expresión de la desobediencia civil), hay
que aceptar la detención, y no resistirse, especialmente si la
policía lo hace sin violencia y según la ley. Algunos pueden optar
por no cooperar con el arresto, "haciéndose el muerto", o como
dormidos en el suelo, obligando con ello a los policias cargar con
ellos físicamente; otros pueden agarrarse unos a otros, dificultando
a los policias el trasladarlos.

Todos las personas que estén alrededor deben aceptar la decisión
táctica de los participantes en la desobediencia civil de ser
arrestados, y no intervenir con fuerza física.

7. ¿Quiénes participan?

Los participantes tienen que ser muy disciplinados y habituados a las
tácticas no-violentas. Uno o dos que tiren una piedra o agredan a un
policía pueden «provocar» -y a los ojos del público pueden incluso
«justificar»- una reacción violenta y represiva de las fuerzas del
orden. Así nuestra causa podría perder superioridad moral.
Para conseguir que un grupo sea disciplinado, hay que escoger a los
candidatos sabiamente, y entrenarlos en los principios y métodos de
la no-violencia. Por eso, y para mantener en algunas situaciones el
factor sorpresa, los grupos generalmente deben ser limitados en
número.

Y hay que cuidar que las fuerzas opositoras no infiltren a
provocadores violentos.
Es aconsejable que haya compañeros de confianza, hombres y mujeres,
vestidos con camisetas o gorras que indiquen que son organizadores de
la acción, que no participan directamente en la acción de
desobediencia civil sino que mantienen el orden y coordinan la
actividad.

8. Jesús como activista de la no-violencia militante

La interpretación del Nuevo Testamento como individualista,
espiritualista, resignada y "pasivista", y atento sólo al otro mundo
postmortal, ha hecho mucho daño al verdadero seguimiento a Jesús, y
ha castrado una fuerza en potencia de miles de millones de agentes
sociales cristianos durante 20 siglos.

En el mismo sentido, un enfoque en la fe, en la oración y en las
prácticas religiosas como recetas para conseguir soluciones
milagrosas a los problemas e injusticias humanas, ha distraído a
muchos cristianos/as del cumplimiento de sus responsabilidades
personales, familiares, comunitarias y políticas. Hay una aplicación
sin criterio del concepto de "la voluntad de Dios", como si Dios
quisiera la esclavitud, la opresión de la mujer, o la explotación de
los pobres.

Sin embargo, siempre hay quienes que se consideran miembros del
cuerpo de Cristo para continuar su lucha por el reino de Dios
(justicia, paz, amor). Su fe no es que Dios va a hacerlo todo, sino
que nos llama a construir con ella una vida nueva y un mundo nuevo.

Hay que analizar cuidadosamente y en su contexto el texto Mt 5,38-48
(Lc 6,27-36): "Ustedes han oído que se dijo: `ojo por ojo y diente
por diente´... Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien,
si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la
otra...".
En cuanto al "ojo por ojo..." (Dt 19,18-21), la Biblia
Latinoamericana explica que esto "pretendía poner un límite a la sed
de venganza": solamente un ojo por un ojo, no dos ojos, ni la cabeza,
ni la vida del agresor. El texto bíblico sigue: "Así arrancarás el
mal de en medio de ti, porque los demás, al saberlo, temerán, y no
harán cosas semejantes. Vida por vida, mano por mano, pie por
pie...".

¿Así se arranca el mal? La historia del pueblo de Dios dice que no, y
que solamente el amor toca el corazón humano y lo convierte. Como
proclamamos en la misa: 'Este es el Cordero de Dios (encarnación del
amor extremo de Dios en Jesús) que quita el pecado del mundo'. Así se
arranca el mal, transformándose nuestros corazones de piedra en
corazones de carne o amor, como respuesta al amor no-violento de
Jesús.

"No resistan...". Algunos comentaristas dicen que esto quiere decir:
"No resistan con violencia". Lógicamente hay que interpretar este
consejo de Jesús en el contexto de sus hechos y sus propias
reacciones. Por ej., Jn 18,19-23: cuando un policía golpea a Jesús en
la cara, Jesús interroga a su agresor.
Es la actitud desafiante del Siervo Sufriente en Isaías (50,6-9), y
de los 7 hermanos mártires y de su mamá en 2 Macabeos 7.

En otra ocasión Jesús muestra su práctica de la no-violencia cuando
no utiliza la espada pero sí desafía a sus captores: Mt 26,51-55.
Luego Jesús mantiene silencio, como expresión de su dignidad y
resistencia, ante las preguntas de las autoridades: Jn 19,9; Mt
26,63; Lc 23,9.
Como fruto de su postura no-violenta, Jesús quería que su martirio
como expresión de su amor y misericordia atrayera al pueblo a él y a
su Buena Nueva: "Yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré
a todos a mi. Con estas palabras Jesús daba a entender de qué modo
iba a morir" (Jn 12,32-33).

En cuanto a sus discípulos, Jesús les había enseñado a enfrentar al
miembro ofensor en la comunidad (Mt 18,15-17) no con violencia, sino
con palabras de crítica e invitación que puedan conducir a la
conversión pero también a la exclusión.

Frente a las amenazas de muerte en diferentes momentos de su vida
pública, Jesús valientemente volvió a los lugares donde sus
perseguidores lo esperaban y continuó su ministerio de amar en hechos
concretos y de denunciar proféticamente (abiertamente sanando en día
sábado, y echando a los vendedores del templo: Mt 21,12-13).

Con la misma valentía, sus seguidores en la primitiva comunidad,
frente a las amenazas de cárcel, continuaron la proclamación de la
resurrección de Jesús como condena a sus asesinos: Hechos 4,18-20.

La comunidad ora: "concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda
valentía" (Hch 4,29-31). El sumo sacerdote los interrogó diciendo:
"Les habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero
ahora en Jerusalén no se oye más que su predicación, y quieren
echarnos la culpa por la muerte de ese hombre". Pedro y los apóstoles
respondieron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El
Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron
muerte colgándolo de un madero" (Hech 5,27-31).
La distinción entre nuestra obediencia a Dios y nuestra lealtad a las
autoridades humanas es tal vez el elemento más subversivo en la fe
bíblica.

En Rom 12,17-21 san Pablo enseñó: "No devuelvan a nadie mal por
mal... Dejen que sea Dios quien castigue... Dice la Escritura: Si tu
enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber;
éstas serán otras tantas brasas sobre su cabeza. No te dejes vencer
por el mal, más bien derrota al mal con el bien". El texto citado es
Proverbios 25,21; algunos comentaristas opinan que se refiere a la
conversión del enemigo.

Jesús y sus seguidores utilizaron métodos militantes y al mismo
tiempo no-violentos en su lucha radical contra la injusticia, la
avaricia, la corrupción y la hipocresía, una lucha para sembrar el
reino de Dios en medio de las estructuras y sistemas de este mundo.
Como seguidores del mismo Jesús hoy, podemos transformar corazones y
estructuras si entendemos y practicamos bien las tácticas de la no-
violencia activa y militante.

FIN

(El autor, jesuita estadounidense, trabaja desde 1986 con las
comunidades eclesiales de base de Nicaragua. Su dirección:
mull@ibw.com.ni )

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