sábado, 25 de octubre de 2008

Un grupo trans busca integrar a indígenas

Tomada de la edición impresa del 22 de octubre del 2008 del TELEGRAFO

El lanzamiento de Ñuca Trans será este fin de semana y apunta a visibilizar la cosmovisión indígena y la diversidad GLBTI.

Ñuca trans, conformado por miembros GLBTI, intenta acercarse a la etnia para incentivar la tolerancia.

Las expresiones trans que suelen asociarse a los colores estridentes y la música electrónica o pop, rompen ese estereotipo en el caso del grupo Ñuca Trans.

Sus integrantes bailan al son de la música folclórica y por ahora solo afinan los detalles para que su presentación, este sábado 25 de octubre, sea impecable y les abra las puertas para mostrar lo que significa la diversidad.

Ñuca Trans, grupo folclórico indígena trans, nace como una propuesta de inclusión ciudadana, de la Asociación ALFIL, basado no solo en la representación de la diversidad sexual, sino en representar la heterogeneidad cultural.

El colectivo de danza folklórico lo componen 7 integrantes: Katya, Carmita, Vanesa, Giovanna, Claudia, Rashel y Nena. El grupo social, no activista, apoya el proyecto de visibilización de la comunidad GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales) y en este caso incluso buscan el acercamiento a las comunidades indígenas para que sean también tolerantes con las diversidades sexuales dentro de su propia etnia.

El grupo está conformado por personas mestizas, quienes consideran que el tema indígena es interesante porque realza la diversidad en todas sus expresiones.

Rashel Erazo, una de las fundadoras del grupo, comenta que el proyecto de Ñuca Trans trata de cambiar el estereotipo exhibicionista que desde siempre se atribuyó a las expresiones trans. "Siempre lo trans se ha considerado exagerado, incluso, en algunos desfiles las personas solo se dedican a señalarles los pechos o a mirar sus atuendos exhibicionistas, que pueden ser considerados como una falta de respeto".

Erazo recalca que Ñuca Trans quiere cambiar esa visión. Desean respetar a los demás para exigir lo mismo. Ella explica que aunque ninguna pertenece al colectivo indígena, su mestizaje es parte de la reivindicación de las diferencias. "Pero guardamos cosas en común, lo indígena es parte de nosotros y debe ser visibilizado", sostiene.

La idea de lo GLBTI y la figura de lo indígena toma un tinte distinto. "Las personas deben saber que dentro de todos los grupos pueden existir personas distintas", dice Erazo, quien asegura que la propuesta es nueva en Ecuador.

Ana Almeida, miembro de la Casa Trans, indica que la importancia de la iniciativa se encuentra en que se establece la necesidad de dialogar con el grupo indígena y con toda la gama de diversidad étnica para iniciar procesos de sensibilización.

Sobre todo en la etnia indígena, que desde su cosmovisión no permite hablar de diversidad sexual porque consideran al tema como tabú. "Solo con el diálogo intercultural se sabrá cómo reivindicar el tema del territorio desde el cuerpo, es decir, reconocerse como dueño de uno mismo y poder decidir sobre las formas de vida que cada persona quiere", dice Almeida.

Ella opina que el diálogo entre el grupo indígena y la comunidad GLBTI dio su primer paso con el apoyo de la fundación Kawsay, para que dentro de las comunidades se dé espacio para hablar de la diversidad. Este proyecto comenzó el sábado 18 de octubre y durará 2 años, al final de los cuales se habrá recorrido las 24 provincias del Ecuador para sensibilizar a los pueblos y nacionalidades indígenas de la Costa, Sierra y Oriente.

Patricia Sanguriana, abuela indígena, cuenta que "cuando era pequeña esas cosas raras de hombres con hombres, hombres vestidos de mujeres y todo eso, no existía entre los indígenas". Ella comenta que ahora se entera a diario de que el hijo de algún vecino migra a las ciudades grandes y cambia de vida. "Ya no quiere seguir siendo varón".

La anciana reconoce la existencia de hombres gays dentro de los indígenas, pero recalca que ese cambio no puede ser aceptado dentro de la cosmovisión indígena porque no es normal y "debe ser borrado o eliminado para que no se reproduzca y no contamine a las demás personas".

Por opiniones así el sociólogo Juan Sevilla afirma que los indígenas que forman parte del grupo GLBTI se sienten repudiados por la familia y obligados a salir de sus comunidades para ir a las grandes urbes. "Pero allí también se sienten desubicados porque no pertenecen a su comunidad, que les repudia, ni al mundo mestizo, porque tienen otro tipo de visión con respecto a la vida.". Sevilla subraya que en el Ecuador el tema de la homosexualidad en los indígenas es considerado como una enfermedad de blancos, ajena a la realidad ancestral.

Pavel, conocido como Sol, es un travesti indígena de 24 años de edad, oriundo de la provincia de Chimborazo, que comenta que desde niño sabía que sentía atracción por personas de su mismo sexo. Sin embargo, por las tradiciones conocía que declararse gay era imposible.

"Cuando cumplí 18 años y empezaron a querer unirme a una mujer, decidí que era tiempo de salir, abandoné mi casa un día sin decir nada a nadie y vine para Quito".

Sol, quien viste ropa tradicional de las mujeres indígenas, tiene rasgos finos por lo que a simple vista parecería que siempre fue mujer. Trabaja como camarera en un restaurante de comida típica. Por las noches si quiere salir a 'farrear' en un bar de ambiente se viste como Pavel y entra a las discotecas. "Me visto de hombre porque si estuviera vestida de indígena mujer sería discriminada, ya que nadie está acostumbrado a ver indígenas dentro de la comunidad GLBTI".

Por su parte, Almeida señala que los indígenas y otros colectivos como los afro, rockeros, personas con discapacidad, entre otros, deben aprender a conocer que todos son diferentes, pero "son más las similitudes que nos unen que las diferencias que nos separan. Hay que aprender que la diversidad existe y eso es lo normal... y de esta manera se terminaría la discriminación, porque se discrimina lo que no se conoce."

Cristian Bonce, historiador mexicano, en su libro "Tradiciones, cosmovisión y diversidades" indica que antes de la conquista española y el advenimiento del cristianismo, los indígenas que pertenecían al llamado "tercer género", es decir, los del grupo GLBTI, eran considerados como importantes dentro de su comunidad, ya que al tener en un solo cuerpo la fortaleza masculina y la sensibilidad femenina, podían mediar en problemas de pareja o problemas de luchas entre comunidades y tribus. Dicha historia da argumento a Ñuca Trans para luchar por la visibilización GLBTI indígena.

Rashel Erazo

Integrante de Ñuca Trans

"Las personas deben saber que dentro de todos los grupos pueden existir personas distintas".
Redacción Diversidad

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